jueves, noviembre 29, 2007

Quiero recuperar mis poemas.
Ok... viendo como están las cosas sería más facil escribir nuevos.
Sí, sería más facil, pero no volvere a escribir poemas, cual sería el sentido ahora.
No por que ella ya los posea, no.
Más bien quiero quitarselos. Si pudiera.
Porque dije tanto y lo dije tan bien.
Porque tenían cohesión, porque ese era yo,
porque me niego a reescribir mi historia y claro, me niego a reescribir mis poemas.
Podría escribrir cosas nuevas.
Podría cortarme las venas
Podría publicar un best seller
Podría cortarme las uñas
Podría pintarme de rojo el cabello ( hace mucho quiero hacerlo)
Pero no hare nada de eso.
Tengo mis razones
Me he dado cuenta de que doy circulos, de que vivo rodeado de fantasmas.
De que ciertas palabras se repiten en mis escritura
De que ciertos rasgos adornan a las mujeres que adoro
Todas tienen la misma nariz.
Muchas tienen esa misma mirada, y las otras mejor que no tuvieran ojos.
Todas tienen eso, un problema para ambos, alguna locura
pieles que estan deseosas de cortarse a sí mismas
o al menos de ser tocadas.
Todas tienen pieles que odian la soledad, la falta de contacto.
No puedo desconectarme de ellas, ni de mis palabras
Esto es una conversación no un poema o una reflexión
Dejenme en paz
Sólo escribo en prosa.

miércoles, noviembre 28, 2007

Sobre Caviativá.


Yo:Esto es dificil de decir... Odio a Andres Caicedo. Bueno, lo dije :D. Mis razones son mias, no pretendo convencerlos de nada, si quieren les cuento cuando nos conozcamos más. Esto debe ser como una primera cita. Mis antiguos lectores ya se fueron; malditas drogas siquiatricas. YO tambien estoy nervioso, que pasa si les disgustan mis mañas?? ok, al grano.
Esta novela narra la historia de un personaje ficticio llamado Nicolás Ruiz, quien tiene una vida que el autor considera es típica para los adultos jóvenes colombianos en la actualidad, una vida sin sentido, regida sólo por el deseo y el consumo. Eso es muy evidente en el trabajo del personaje: Cazador de tendencias.

Los personajes están bien construidos, sin embargo sólo Nicolás y G, su mejor amigo, se desarrollan lo suficiente para causar impacto en el lector. Parte del problema es que el autor parece no haber considerado necesario diferenciar las voces que podrían sonar parecidas. Al usar estereotipos como la chica egresada de la sabana usa un lenguaje muy de niña rica y dulce con palabras del tipo: Güevis, amiguis y otras así. Al referirse a una mujer de estratos bajos no le pone en los labios palabras complicadas, ni reflexiones filosóficas que desentonen con el ambiente en que deben moverse; sin embargo y esto es un gran acierto, tampoco pone en sus labios palabras como pirobo o ñero, lo cual no es inapropiado, pero sería recurrir al uso de clichés.
Mientras que en individuos diferenciados como los anteriores, es muy bueno su manejo, al referirse a grupos todas las voces parecen ser de la misma persona. Esto es una gran desventaja en una novela que se desarrolla sobre todo a través del dialogo, ya sea entre personajes, o entre el narrador y el lector, aunque éste es más bien un monologo.

Los lugares son descritos por lo general de manera pobre. De hecho hay pasajes en que no se hace ningún tipo de descripción, pero tampoco parecen hacer falta. A partir de las frases de los personajes el lector puede imaginarse el lugar bastante bien. El ambiente es descrito siempre en primera persona por el narrador, quien se centra más en los personajes que lo rodean que por los detalles físicos o emocionales del entorno. En cualquier caso esto no es realmente un problema; existen otras novelas como: El lugar sin limites de José Donoso, en las que las descripciones de lugares y ambientes son prácticamente inexistentes, pero la descripción de lo que sienten, piensan y dicen los personajes compensa esa ausencia.

En lo que se refiere al estilo, es una novela de estilo clásico y lineal, lo innovador en este sentido es el lenguaje que es moderno, y el tipo de narración que resulta ser un poco egocéntrica, pues lo único que parece importarle al narrador son sus ideas, y sus sentimientos. Claro que la manera de narrar es explicable, pues el narrador no es omnisciente y cuenta su historia como si fuera una autobiografía. En general el estilo es consistente y podría inscribirse en la tradición de libros como Que viva la música de Andrés Caicedo, u Opio en las Nubes de Rafael Chaparro Madiedo. En las tres novelas se encuentran características en común, como el lenguaje fragmentado, la influencia de la cultura popular (música, arte, películas, tecnología) y el tema urbano que atraviesa temas como el sexo, las drogas y el caos.
Muchos autores han tratado temas parecidos, por lo que esta novela no es realmente original en ese sentido, pero en Caviativá el autor logra mantener el interés y la tensión narrativa todo el libro, algo que no ocurre con Opio en la nubes o Técnicas de masturbación entre Batman y Robin, de Efraín Medina. YO:Ok, tambien odio a Efraím Medina. Te odio, Efraím Medina.

El único problema serio que tiene Caviativá en lo que se refiere al estilo son sus primeros capítulos, en los cuales tiende a usar un lenguaje cinematográfico que está bastante bien logrado pero que preocupa por el uso de frases que parecen de cajón, sobre todo al iniciar un capitulo

“Mi nombre es Milton Porras.
Tengo veintiséis años y llevo este nombre desde hace tres semanas.
Y estoy muerto.
Estoy muerto en el sentido de que si Cien colombianos dicen que estoy muerto, entonces estoy muerto.”
YO:( Me hizo pensar en El colombian dream)

“Tengo un dedo en el ano de Anita.
Qué divertido, cómo no se me había ocurrido antes:
Ano-Anita-anito. Anito-ano-Anita.”
Yo:(puede ser gracioso, pero me parece horrible)

Ese tipo de frases podrían hacer que algunos lectores se alejaran de la historia tras leer un par de paginas. También, las referencias a la cultura popular, como la mención de Cien colombianos dicen podrían hacer que el libro dejara de ser actual rapidamente.
Caviativá podría ser mejor, pero el autor no va mal encaminado, y con un poco más de trabajo en el desarrollo de los personajes, y alejándose de los clichés, podría ser uno de los futuros grandes escritores colombianos, porque además de talento( que tienen tantos idiotas) sabe llenar 334 paginas de una narración que no se torna tediosa o repetitiva ( cosa que si le ocurre a los libros estrella de otros idiotas( ok... Erase una vez el amor etc, no esta mal, pero te odio Efraim Medina, te odio.))