miércoles, enero 23, 2008

Espacios

Pensaba hace algunos días en las particularidades de mi ciudad natal, muchas de las cuales tienen que ver con el espacio, con los lugares, con esa extraña sensación que tiene el caminar por ciertos lugares de mi natal cartagena, por las esquinas en que sin esforzar mucho la imaginación puedes ver los piratas, por los muros en los que debían encontrarse los enamorados al amparo de la noche; por las casas en que nacio mi ciudad natal, por sus balcones destrozados a los que debían asomarse las mujeres a platicar mientras se abanicaban más por coquetería que por calor. Pero había algo que me daba vueltas en la cabeza y es una condición que se me antoja extraña, pero que ningun turista podría jamas entender.

Las mayor parte de las casas fuera del centro historico en cartagena, son más bien feas, y los barrios en su mayor parte son barrios que por la suciedad, por el descuido y por la arquitectura parecen de estratos bajos, y muchos de hecho lo son, pero sin importar a donde se vaya en la ciudad, o que tan horrible sea el barrio, cada casa presenta esta extraña condición.

Uno entra por la puerta principal, y mira a su derecha, cortinas amarillas y delgadas que se mueven ondulantes con el viento, a la izquierda un cuarto. Si se avanza un poco más es posible encontrarse otros cuartos, y un baño con la puerta entreabierta, y quizas una serie de charcos de agua saliendo de este. No nos asomaremos al baño pues no es necesario, miraremos más bien la sala, está compuesta por unas cuantas sillas y una mesa, quiza de plastico, segun la capacidad economica de la familia es posible encontrar en vez de sillas, sillones, o un sofa. El tapiz del sofa no es muy atarctivo, es de un verde vomito triste con pequeñas lineas retorcidas y amarillas, quizas algunos pelos de la mascota, que ladra en el patio. Además, el tapiz está manchado quizas de cafe y sangre, o salsa de tomate, en realidad es dificil diferenciarlo cuando ya se ha secado. La pared se ha descascarado por humedad, y en los puntos en que no está quebrada la pintura, se ven burbujas que solo esperan ser tocadas para reventar dejando trozos de la pared desnudos.

Sale a tu encuentro una persona con los cabellos mojados, es la mujer que acababa de salir del baño cuando tu entraste, te invita a sentarte y te pregunta si deseas algo, has sido invitado a almorzar es un poco maleducado de mi parte decirtelo ahora que ya no puedes escapar, pero es por eso que entraste en primer lugar. Pides un cafe; tu anfitrion, quien te abrió la puerta y te ha estado contando de su vida los ultimos tres minutos sin ser escuhado; pide tambien uno, y le pide a la mujer que los acompañe, se sienta en un de las sillas de la sala, no te queda del todo claro cual es la relacion entre ellos dos, o como es que los conoces, si eres amigo de él, de ella o de ambos, pero eso no importa estas aqui para ver el fenomeno. Hablas, pronuncias interjecciones afirmativas, negativas y neutras, mientras tu anfitrion te cuenta algo que parece haberlo ofendido en algun lugar, la mujer se sienta con ustedes, y piensas que esperas que no falte mucho para ver el fenomeno.

En algun momento oyes la palabra mesa, tu anfitrion se levanta, y se dirige lentamente, esperando que lo sigas, hasta el comedor, te sientas a la mesa, él tambien, la mujer ha llevado la sopa y mientras ustedes se acomodan, ella lleva los jugos y el resto de la comida. Los tres ya estan sentados, y un par de niños, o puede ser uno solo, juegan en el patio con el perro, la mujer los disculpa, podría ser la madre, piensas. Ellos esperan que pruebes la sopa antes de empezar ellos, sospechas, envenenar una sopa no es dificil, sin embargo la pruebas y sabe mejor de lo que esperabas, ellos tambien comen. La puerta del patio se abre, un niño jadeante entra y justo detras de él entra un perro negro que ladra y salta mientras se acerca a ti con aire juguetón, tu levantas la mano izquierda esperando poderlo acariciar, lo tocas y el salta encima tuyo, lame tu rostro, mueves tus manos rapidamente para quitartelo de encima, y sientes que has movido algo en la mesa, un liquido caliente confirma tu teoría has derramado tu sopa, pides perdon y te diriges al baño para limpiarte. Cuando regresas ya han quitado el mantel, y estan buscando otro para reemplazarlo despues de terminar de almorzar. Entonces lo ves, o mejor dicho sabes que deberías ser capaz de verlo, sin embargo no terminas de ubicarlo, finalmente lo ves, es la mesa.
Es exactamente la misma mesa que tenía tu abuela cuando eras niño, bueno, es el mismo modelo, de color negro, con las estaciones de la crucifixión talladas a ambos lados, y claro, es extendible como te asegura tu anfitrión cuando le preguntas. Sabes cuan raras son esas mesas, tu abuela la obtuvo directamente del presidente de la republica quien la compro en roma para ella, nunca en tu vida habías visto el mismo tipo de mesa en otro lugar. Te preguntas cuanto podría costar, si un experto en esas cosas se hallara allí, te diria que es original, que es una mesa de colección y luego diria sorprendido que con las sillas podría costar mucho más, y quesorprendentemente esta familia tiene las sillas originales en buen estado. Si le preguntaras su precio, el te diría una cifra increible, es inverosimil que en algun momento tu anfitrión haya tenido tanto dinero, de hecho pocas personas podrían darse el gusto de comer en una mesa tan costosa como esa. Pero la familia de tu anfitrión parece no darse cuenta de eso, para ellos es sólo una mesa cualquiera, una vieja mesa de madera, que podría convertirse en leña si algun día no hubiera dinero para el carbón.

Tu anfitrión te lleva a tu casa, su carro es de color rojo y hace ya muchos años que debió haber salido de circulación, te preguntas si la proxima vez volveras a ver la mesa, y te das cuenta despues de que él se ha ido, que no podrías encontrar su casa en el laberinto de calles que es cartagena, y es que en mi ciudad natal en cada casa hay enterrado un tesoro, algo que no pertenece al lugar en que se encuentra, que pareciera haber sido dejado allí con la intencion de ocultarlo al resto del mundo mientras su verdadero dueño lo viene a buscar.

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