martes, noviembre 28, 2006

pequeñas historias.

I
Era logico que se comportara de esa manera, que más se puede esperar de quien pasó, casi por completo, sus primeros 15 años de vida con lobos. Y al principio todo estaba bien, sí a veces prefería dormir en el patio, sobre la ceniza tibia de la ultima fogata, o pasaba horas al frente del gallinero esperando por su almuerzo, o simplemente aullaba a la luna o jugaba con los perros cómo si fuera uno más entre ellos; pero lo queríamos y él aunque no hablara mucho parecía querernos, se acostaba a nuestros pies para que lo acariciaramos, y parecía ronronear de gusto cuando le rascabamos la panza. Nunca intentó mordernos cuando le tocaba baño, pero si era preferible mantenerlo amarrado para que no escapara con los ojos sucios de jabón, eso parecía ponerlo de mal genio.

Un día me mordió a mí, en la espalda, mi padre pensó que era su manera de decirme que quería que fuera su esposa, un mordisco en la espalda, dijo él, significa nunca he conocido a alguien como tú. Mi sabor no pareció gustarle mucho, pero aparentemente la mano de mi padre sabía mejor, pues en la noche de bodas se deleitó con un par de dedos que le arrancó. Un mordisco en la mano significa te aprecio. Y segun mi padre, mowgli debía tener una seria confusión sentimental pues le declaro su amor a mi madre arrancandole el pescuezo. y luego siguieron los otros miembros de mi familia, mordiscos en las orejas, en los pies, y en la panza para las mujeres; y mi padre y hermano perdieron sus manos, sus narices y mucha parte de sus muslos.

Creo que fue cuando mi padre ya no estuvo allí para explicar las acciones de mowgli, que me sentí en peligro por primera vez. Luego desapareció el resto de mi familia y recurrí a un cazador ingles que había llegado al pueblo poco antes. Cometí el error de decirle que era la esposa de aquello que quería que matara. Así es el amor, me dijo sonriendo y me mostró una foto de su esposa. Tambien me dijo: cuando nos casamos el plato principal fue mi mejor amigo, y yo estuve de acuerdo, lo ultimo que deseaba era que ella sintiera celos.


II
Ella me dijo que no podíamos seguir saliendo. Te quiero, me dijo, pero es que eres todo lo que deseaba. Yo sonreí, no tenía un verdadero caso, uno o dos expertos podrían afirmar que en verdad no era una buena razón para dejarme, y el jurado afirmaría que era mejor continuar la relación.
Es que hay algo que no sabes, me dijo, cuando terminé con mi ultimo novio, una amiga me leyó las cartas y el futuro se veía tan solitario y triste que quiso ayudarme. Me preguntó qué clase de hombre deseaba, y cuando le conté me dijo que yo deseaba a un rey de treboles. Me regalo esa carta y me pidio que la mirara todas las noches y me concentrara en lo que deseaba encontrar. Y entonces te conocí a ti, y eras todo lo que deseaba...
La miré de nuevo, aún no tenía un caso verdadero.
Pero entonces me di cuenta de que el rey de treboles tiene dos caras, y entences pasé muchas noches en vela intentando adivinar cual era tu cara oculta, que era lo que no deseabas que nadie supiera de ti. Y debo decir que si antes creía que te amaba, en ese momento supe que no había conocído el verdadero amor todavía, poque nunca había sentido lo que sentía por ti. Y empecé a seguirte, a mirar a quien llamabas y a que horas. A hacerme amiga de tus amigos y tus enemigos, a buscar tu oscuridad en los huecos más profundos de la ciudad. Pero no descubrí nada.
Yo sonreía
Anoche miré de nuevo la carta y me di cuenta de mi error. No debí desear a un hombre igual a esa carta. El rey de treboles es sólo es corazón y cerebro, le falta el estomago para desear lo prohibido, y le faltan las piernas para seguir a su estomago en aventuras locas. Le falta profundidad, pues no es más que un rostro, apariencia. Pero sobre todo careces de secretos sucios, y eso es lo unico que en verdad deseo de ti. Dime que tienes un secreto sucio del que no deba saber nada, y continuaremos juntos.
Sin dejar de sonreír, y sin saber como responderle ( que pensaría el jurado??) salí de su apartamento, me toqué las piernas y el estomago, sentí el ancho de mi cuerpo; revisé mi conciencia, pensé que había hecho lo correcto al irme, ¿ quién quiere andar con una mujer así?, y finalmente me dije que se hacía tarde y era hora de irme a dormir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

supongo que no solo el trebol es tiene dos caras, algunos más tienen también comisuras.
y pedacitos de labios y otras cosas algunas sucias (algunas no) en los restos sublimes de sus conciencias con roll de cuerpo.

Anónimo dijo...

Dos pequeñas e interesantes historias en las que el narrador es certeramente acuoso y esto las hace envolventes. Cordial saludo.